17/02/11

 

Siempre al límite del peligro

 

Las vacas que son transportadas en los camiones jaula suelen viajar mejor que cualquier pasajero que se sube a bordo de Ferrocarril San Martín a la hora pico.  Aplastados, así se viaja en el furgón. Mucha gente en poco espacio. Parados, sin asientos. Sin pasamanos o barandas de donde sostenerse. Con el riesgo de caer cuando la masa de gente empuja hacia las puertas ante una frenada o una curva.  Este cronista viaja todos los días en este tren. Con espacio apenas para poder respirar. Los pasajeros viajan colgados, apoyados en el estribo, tomados del pasamanos, apretados contra la humanidad de los que lograron subir antes.  Para poder subir a este tren en la hora pico en algunas de las estaciones intermedias entre las cabeceras de Retiro y José C. Paz o Pilar hay que ser rápido de reflejos y no se debe perder tiempo en elegir un coche en particular.  Una vez que se logró subir al estribo de algún coche, hay que desafiar la ley de gravedad. Cientos de personas se arriesgan a viajar colgadas, con el peligro de quedar enganchadas en alguno de los parantes de los puentes de hierro por los que pasan los trenes.  Muchos aceptan el desafío, no por una cuestión relacionada con probar el sabor del peligro, sino porque esperar el próximo tren es exponerse a la posibilidad de que el servicio se suspenda, como ocurre habitualmente.  En los últimos tres años tuve que caminar más de doce veces por las vías debido a que el tren en el que viajaba se había quedado parado entre distintas estaciones. Había que llegar hasta la parada de colectivos más cercana.  Cuando el tren se queda parado nunca nadie da explicaciones. Tampoco nadie ayuda a las mujeres con chicos a caminar entre las vías. (La Nación)

 

 

 


Última actualización Jueves 17-Feb-2011 ---- info@puntaderieles.com.ar / info_punta_de_rieles@yahoo.com.ar